El Amor se convierte en el mapa del Alma. Conocer el propio corazón es conocer nuestra Alma: cuál es el punto de partida para la mayoría de las decisiones que tomamos, las decisiones que nos impulsan, que nos motivan, a las que aspiramos.
Hay distintos estados del alma con sus respectivas dualidades, en las que partimos en la búsqueda, en el encuentro y en la manifestación del amor mismo.
El Alma es el ecualizador de la experiencia y con esta metáfora de que es un ecualizador de la experiencia, es a través de ella a la que nos sintonizamos para amar y ser amados, para recibir y para dar amor, y es a través de ella que la noción de lo que genera dolor y placer se manifiesta.
Cuando el Alma contacta con el Espíritu, tanto el dolor como el placer se trasciende y se entra en un estado álmico-espiritual, donde las virtudes, los dones, la genialidad y el virtuosismo se manifiestan.
Es por esta razón, que aprender a acceder Alma, a sus estados, aprender a contactar con ella y aprenderla a sanar es un arte.
El arte de sanar el Alma no es una meta ni un fin en sí mismo. Es un estilo de vida, porque es lo que nos conlleva y nos conduce a aprender a vivir. Quien ha aprendido a amar, ha aprendido a vivir.
A final de cuentas, un mapa no es suficiente en sí mismo. Un mapa se necesita aprender a interpretar y a conducir.
Las cartografías del alma, nos llevan a identificar nuestro corazón y su potencial y a expresarlo con sabiduría. Cuando el alma contacta completamente con el Espíritu, la manifestación humana se convierte en una manifestación Espiritual.
Conoce la fórmula que te llevará a cambiar el rumbo de tu vida.
¿Qué aprenderás en este Taller?